Gente abollada

Nunca olvidaré cuando, creo que era por el divino año de 1988, recién comienzadas mis primeras búsquedas e incursiones por el enorme mundo de la música popular, ví en el programa de tve "el salero, una especie de "gente joven" un pelín más modernizado, a un cuarteto de chicos de provincias con mu mala pinta pero que hacían sonar sus instrumentos de una forma que para mí, acabaito de salir del cascarón, era muy sorprendente y casi milagrosa. Además ese maravillosos ruido se acompañaba de una letra sangrante y suave, real y lejana, novedosa y llena de mitos.

Nunca olvidaré como me marcó "Gente Abollada" de los "Surfin Bichos", a partir de ahí mi concepción musical cambió por completo y ya encontre un luz que me guiara en este intrincado mundo musical.

Lamentablemente desaparecieron prontamente, en todo lo alto, realizando sus mejores discos, sin tener que arrastrarse por los terrenos de juego ni suplicar una prorroga. Pero inesperadamente, mejor no preguntarnos sus razones, este año nos ha traido un tiempo extra, uan tanda de penaltis, unas nuevas jugadas con su equipo de gala. En Madrid los vi en verano par ver uno de sus primeros conciertos y, aún sediento, a madrid vuelvo en este extraño otoño para ver la definitiva despedida de estos hermanos carnales y amigos de las tormentas que desde el cielo han fotografiado la luz de nuestras entraña.

Gente abollada

Pedro vive oscuro y solo en el fondo del bar

Un suspiro de alcohol se escapa de su sangre

Alguien le responde desde el water ¿quien será?

Es el Espíritu del Desagüe

Y esos recuerdos que aún le hacen daño

Como un papel de lija amargo

Y qué desastre

Gente abollada luces en la ciudad

"Yo seré tus ojos, nena, miraré por tí"

Le prometió el juanma a su chica

Ahora él tampoco para de soñar

Con gramos de polvo y chutas de insulina

Luego se despierta y piensa en ella ahí tirada

Medio muerta en una cama del hospital

Gente abollada

luces en la ciudad

Esta mañana Paco el Loco se ha encontrao

Una pistola que su padre tenía

Un manojo de tendones y de huesos agarraos

Y en el extremo una cosa que brilla

Y se ha echao a la calle con la boca apretada

Con la mandíbula cuadrada

Y la mente vacía

Gente abollada

luces en la ciudad.