Thursday, December 08, 2005

¿Tragedia festiva?

Goya era muy consciente de las características bárbaras de las corridas de toros, aunque las aceptaba como un sustrato innegable de su cultura. También Picasso conocía este doble aspecto de la fiesta, reflejaba en sus dibujos la trágica situación del toro y el caballo, aunque su ánimo no estaba dividido: el artista amaba la corrida sin reservas. El aficionado, como decía Hemingway, es aquel que «tiene este sentido de la tragedia y del ritual del combate, hasta el punto de no considerar sus aspectos menores, aceptándolos sólo por estar en relación con el conjunto».

4 Comments:

Blogger josemari said...

Vale tío, te me has adelantado. Yo iba a escribir sobre la fiesta, por crear algo de polémica.
Si pides posicionamiento, me posiciono en contra de los que la quieren eliminar, que no es lo mismo que estar a favor.

1:59 PM  
Blogger PacoelFlaco said...

Pues mira. En Lekeitio había una tradición que consistía en :

1.- Se ataban unos cuantos gansos de las patas en una cuerda.
2.- Se ataba la cuerda al mástil de dos barcos.
3.- Los participantes eran llevados cada uno a cada ganso y ganaba el primero que le arrancaba la cabeza.

La cuerda era elástica y el participante se dedicaba a salir y meterse en el agua con el ganso entre los brazos, tirando de su cabeza a lo bestia. Si se le resbalaba el ganso, perdía. Era típico ver a gansos con un cuello estirado un metro y aleteando de sufrimiento.

Pues esta tradición fue ilegalizada por el Gobierno. Y puede que muchísima gente tuviera una visión del asunto como la que explicas en tu blog. ¿Vosotros cómo lo veis? ¿Bien abolida?
Se me antoja muy fácil pensar que esta tradición fue abolida porque, a diferencia de los toros, no mueve millones de euros anuales.

Si queréis debate, con este tema y conmigo tenéis para rato largo. Y si os ponéis farrucos, podemos quedar cualquier día y resolverlo a hostias.

5:45 AM  
Blogger Unknown said...

Yo prohibiría la Fiesta. Para mí es una salvajada que cientos de personas se junten en una plaza para ver como se mata lentamente a un bicho. Ya más que por la propia muerte del toro, por su sufrimiento, me preocupo por lo que pueda pasar por las cabezas de la gente que lo contempla, que asiste impertérrita al dolor de un animal. Pasar los fines de semana en un centro comercial ya me parece terrible pero hacerlo en una plaza de toros me parece un claro síntoma de degeneración.
El mundillo de los toros, en general, también me asquea bastante, con tanto machito y tanta gomina, tanto puterío y tanto cuento.
En cuanto al combate, nunca he sentido la sensación de estar presenciando un combate sino una carnicería en la que uno de los combatientes no tiene ninguna oportunidad.
Los del mundo del toreo dicen que cuidan la raza (la del toro, se entiende, es evidente que cuidan la del torero) y que eso justifica la Fiesta; me parece una aberración decir que la única manera de cuidar al toro de lidia sea seguir matándolos. Además, la supuesta tarea de selección que realizan los ganaderos no debe ser demasiado exitosa si tenemos en cuenta lo raro que resulta que un toro sea indultado por su bravura...
El estamento toreril, por otro lado, apesta. Resulta llamativa la cantidad de familiares de toreros que siguen con el negocio familiar. Supongo que, según ellos, se debe a que el toreo se lleva en la sangre (e inflarse los bolsillos también), igual que en el siglo XVII la nobleza también se llevaba en la sangre.
En resumen, de la Fiesta no aprecio ni la Fiesta misma ni todo lo que la rodea.
Hacer corridas sin matar a los toros tampoco me parece una opción.

7:54 AM  
Anonymous Anonymous said...

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6:55 PM  

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